CONCIERTO FOLK: ALDEA SONORA

El próximo sábado 29 de julio estará con nosotros el grupo de música Aldea Sonora. Contaremos con su música a partir de las 23:30 h en los Jardines del Virrey.

GRUPO: Aldea Sonora

ORGIEN: España

INTÉRPRETES: Lorena Hernández, Pedro Ángel Almeida y Rodolfo Muñoz

DURACIÓN: 60 minutos.

PÚBLICO: Todos los públicos

GÉNERO: Concierto Música Folk

PROGRAMACIÓN: Sábado 29 de julio . Jardines del Virrey. 23:30 H

GRUPO

Aldea Sonora es un trío creado en 2012, cuando Lorena Hernández, Pedro Ángel Almeida y Rodolfo Muñoz, se reúnen para hacer su propia música abriendo la tradición popular a sus influencias personales (clásica, jazz, blues, rock, fado, copla, tango…). Desde luego, tienen muchas cosas en común  con los grupos folk que conocemos, pero hay  otras que los hacen diferentes.

Con su primer disco, “Canciones del valle del Cárcavo” (2013), nos presentaron una propuesta de recuperación de la música tradicional basada en el poder de la canción. Una propuesta original, porque bucea en nuestros orígenes; tranquila, intimista, que busca una comunicación emotiva con el público.

Aldea Sonora no es el típico grupo de folk. En sus conciertos, la instrumentación, la coherencia entre música y letra, la carga poética y la vigencia de sus textos hacen que te olvides de que lo que escuchas son viejas músicas para que las aprecies como nuevas canciones.

LOS CONCIERTOS

El escritor Tomás Salvador González estuvo en el concierto del 29 de agosto de 2013 en el Palacio de la Mosquera. Sus palabras son un regalo para nosotros.

La noche de nuestro secreto

Al principio fue un grito. De no ser porque la voz de Lorena es una voz redonda, en su clamor podía haber sido un alarido (seguramente la amplificación del sonido ayudaba a ello), pero no era un alarido: era un grito de llamada. La voz redonda de una campana que tocaba a rebato, que convocaba con urgencia y perentoriedad, nos calló a todos, nos reunió como si rodeáramos una hoguera. A partir de ese momento, los espectadores formamos un corro y se produjo ese milagro de la música tradicional: tres músicos (a veces cuatro, en alguna ocasión cinco) se juntaron para devolvernos, con su conjunción, lo que había sido nuestro y que por diversos avatares habíamos perdido. Delante de nuestros ojos y oídos convocaron ese imaginario popular que teje y desteje amores y desamores con el hilo de la ausencia y de la nostalgia, con la aguja de los juegos de palabras, con un erotismo pícaro y zumbón. Nos emocionamos, nos entristecimos, también sonreímos, galvanizados siempre por la maestría y la complicidad de tres (de cuatro, de cinco) que parecían jugar mientras nos recordaban ese mundo de la aldea que aún late dentro de nosotros aunque parezca que lo hemos olvidado. Lo hemos olvidado, es verdad, pero el olvido no es otra cosa que el secreto de la memoria. Así que nos contaban y nos cantaban nuestro secreto en la hermosa noche.

Tomás Salvador González